2.21.2006

Hepático y apático

Resulta que en estas fechas nos hemos acostumbrado a ver un nuevo "galán" en las comedias románticas, se trata de Mark Ruffalo, un actor cuyo desempeño siempre deja qué desear y que sólo le llena el ojo a las niñas que lo consideran guapísimo... bueno, y a uno que otro director.


Ya sé que me van a decir que quién me manda andar viendo esas mamadas, pero, la verdad, a veces me gana la curiosidad y bueno, ¡qué chingados! La cosa es que me puse a pensar en que, a pesar de ser un mal actor, o mejor dicho, debido a ello, podemos especular a qué es a lo que llamamos "una mala actuación". He aquí algunas claves:



  • El actor no logra transmitir los sentimientos que, se supone, lo dominan. Cuando dice "te amo" o "te odio" lo hace con el mismo énfasis con el que diría "perdón, me acabo de tirar un gas".

  • No convence a nadie de que sus expresiones sean auténticas. Es cuando decimos que está acartonado. Sus gestos casi siempre resultan una mueca incomprensible para el espectador, quien piensa "qué rara forma de encabronarse, con esa carita de solícito empleado de hamburguesería".

  • Recita sus líneas con la misma emoción que imprimiría una niña fresa a sus diálogos en una obra de teatro escolar. Sobreactúa. Aburre.

  • Está más preocupado por su aspecto y porque la cámara capte "su-mejor-ángulo", que por dejar fluir las emociones del personaje. Es el clásico caso de actores que se interpretan a sí mismos, convirtiéndose en clichés.

  • En general, es incapaz de provocar la risa, el llanto, la reflexión... Ante la apatía de su interpretación, la gente le endilga el calificativo de "higadito", por decir lo menos.


Como ven, esta lista es apenas un esbozo bien pacheco de lo que alguien con más tiempo, seriedad y preparación en este rubro pudiera escribir; sin embargo, dejo constancia de que el tal Mark Ruffalo como actor, es un excelente jugador de criquet.


Por cierto, las pelis que tuve que refinarme para dar cuenta de este hecho fueron "Ojalá fuera cierto" (Just Like Heaven) y "Dicen por ahí" (Rumor Has It). Lo que es curioso es que Reese Witherspoon, su coestelar en Ojalá fuera cierto, ha sido nominada como mejor actriz por su participación en Johnny & June: Pasión y Locura (Walk The Line), habrá que ver qué meritos hizo la legalmente rubia, porque me parece que es del mismo talante que Ruffalo.

2.03.2006

Umbral

La cartelera cinematográfica, aquí en l ciudad de Irapuato es bastante limitada...Cinemark, con 9 salas y Cinépolis, con 11... no hay cineclubes, no hay salitas cuasi clandestinas... en fin, la actividad cultural resulta escaza en todos sus rubros. Si uno quiere ver algun filme, tiene que recurrir a la piratería, o ver lo q nos traen los exhibidores.
Umbral (Stay), es una de las ofertas en las salas. El alemán Marc Foster, que cuenta con cierta notoriedad por Finding Neverland y Monster's ball, ahora presenta este thriller psicológico que es más bien un ejercicio medio huevón de un cine q pretende sorprender o desconcertar... pero q es previsible desde sus primeras escenas. No he visto las anteriores entregas de este cineasta, pero dudo q sean mejores q esta, puesto q no trascendieron y se quedaron en el limbo del cine: el montón.

Una serie de guiños... misterio, suspenso... pero todo bastante higiénico, ascéptico... los recovecos de la mente ilustrados -literalmente- de una foma llana y plana. La actuación de Ryan Gosling es poco creíble... tanto como mucha es la belleza fría de la nueva barbie del cine: Naomi Watts. Ewan McGregor cumple y ya. Una vuelta de tuerca q no lo es, pues uno como espectador está a la espera de una explicación ante la evidente culpa q el director se esmera en imprimir en cada secuencia. Y si especulamos, quizá atinemos, ya q no hay más q un par de opciones. Este tipo de cine -el de la vuelta de tuerca con su shorpresa shorpresa- es cada vez más habitual, recordemos la muy sobrevaluada y positivamente mediocre "Saw" y el otro buen intento en "Haute Tension" de Alexandre Aja

Muy lejos de impactar, queda como una muestra de un cine basado en una efectista edición y en un par de nombres pesados para la taquilla. Valdría la pena si uno siquiera sintiera empatía por el protagonista, como en el caso de "The jacket", donde los ojitos de perro del lánguido Adrien Brody imprimen la emoción requerida para este otro drama psicológico.

Hollywood, holygud, jolygud... siempre lo mismo.